La Montaña sagrada de Tindaya
Montaña Sagrada de Tindaya
Uno de los lugares más reseñables de la isla de Fuerteventura. Este “mágico y sagrado” lugar al noroeste de la isla, como catalogaban los aborígenes canarios, alcanza casi los 400 metros de altura y abarca una superficie de 182,61 hectáreas y se localizada en el municipio de la Oliva.
En 1987 fue denominada Espacio Natural Protegido, consiguiendo 3 años depsués el distintivo de Área de Sensibilidad Ecológica. El entorno está lleno de grabados rupestres podomorfos, es decir, con forma de huellas de pies humanos.
Que Fuerteventura es un paraíso terrenal con playas infinitas, aguas turquesas y un clima envidiable todos los días del año es algo que nos queda bastante claro con sólo ver una foto de la isla. Lo que mucha gente no sabe de Fuerteventura es su riqueza cultural y patrimonial, así como la espectacularidad de todos sus rincones. Y es por ello, que es por muchos desconocido que en Fuerteventura se pueden visitar lugares tan impresionantes como la Sagrada Montaña de Tindaya.
¿Qué puedes hacer en la Montaña de Tindaya?
En primer lugar, para darle más valor a todas las actividades que puedes realizar en la montaña, es recomendable que te empapes de toda su historia. Debes pasar al menos un día en una de las espectaculares rutas de senderismo que hay diseñadas para todos los públicos. Incluso es una ruta muy agradable para pasar el día con la familia y con niños debido a su baja dificultad.
No dudes en unirte a nuestra excursión Gran Tour por Fuerteventura y podrás disfrutar no sólo de este emblema sino de toda la belleza de la isla en una ruta de aproximadamente seis horas.
¿Qué debes saber sobre la Montaña de Tindaya?
Sobre la Montaña de Tindaya se ha hablado y escrito mucho en los casi 19 millones de año, desde toda la historia que esconde su adjetivo de sagrado, así como la característica morfología o la flora y fauna que allí conviven, e incluso la importancia que ha cogido en la actualidad debido a la posibilidad de que sea el escenario de la obra póstuma del escultor Eduardo Chillida. Esta idea ha sido descartada por el responsable de Patrimonio histórico quién quiere perpetuar la protección del entorno así como sus recursos culturales y naturales.
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